Esta mañana después de desayunar nos dividimos en dos grupos para las clases. Yo estuve practicando una repris de doma clásica mientras el otro grupo hacía una gynkana a caballo. Era la segunda clase que montaba a Presu y se portó muy bien, tiene un galope muy cómodo y suave que me encanta.
Cuando todos terminamos duchamos a los caballos y los metimos en las cuadras, y nos cambiamos nosotras para estar más fresquitas a la hora de comer. Hoy tocó arroz a la cubana con salchichas y huevo y de postre deliciosa sandía.
Por la tarde estuvimos viendo una película de caballos en inglés, y cuando refrescó sacamos a Gloria para darla cuerda y pasarla por primera vez en su vida por una barra de tranqueo, también sacamos a la burra, no vamos a decir que estaba como un tonel y te puedes tumbar en ella a modo de sofá, y al pequeño Extremeño que estuvo dando unos saltos como si fuera una cabra.
Ese mismo día hicimos también tirolina y rocódromo. Era la primera vez que me subía en la tirolina y a mitad de recorrida pensé que no había freno al final y no sabía como iba a frenar, pero para mi alivio estaba Abraham (el monitor) al final de la tirolina.
Pudimos montar a pelo en la pista, yo tuve algunos problemillas para parar a Martinete aunque era muy cómodo, parecía que ibas en una nube. Y también Laura (la monitora) nos enseñó a montar a la amazona lo cual me pareció muy diferente a las demás disciplinas, tienes que mantener muy bien en equilibrio, una vez arriba no es tan fácil como se ve en fotos.
Para cenar preparamos unos bocadillos y Laura y Abraham (los monitores) nos llevaron a la Piedra del Viento, la cima de una colina donde hay unas maravillosas vistas de toda Granada, y allí cenamos.
A la vuelta a la finca, Abraham se escondió para darnos unos sustos y finalmente llegamos supercansadas y nos dormimos enseguida, necesitábamos coger fuerzas para el día siguiente.
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